"El sacrificio de Dios por nosotros y la humilde ofrenda nuestra con y por Él”.

Desde la Encarnación, no hallo lugar profano. Por lo tanto, lo sagrado puede darse en cualquier sitio. Poner los medios para que el Dios de Jesús se haga presente allí donde Él quiere llegar.

Vamos a todas las casas donde nos invitan y hacemos misa y/o bendición de la casa. La comunidad participa y compartimos como hermanos el don de nuestra comunidad. En cada casa se reza el rosario  de lunes a jueves y en el último día se celebra una Eucaristía con todas las personas que la familia invite y su núcleo familiar.