Los conceptos básicos

¿Qué es la Cuaresma?


La Cuaresma es la preparación anual para la celebración de la Pascua, que nos llama a reformar nuestras vidas y a abrir nuestros corazones a las bendiciones que Dios ha prometido otorgarnos. La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y termina la tarde del Jueves Santo, cuando comienza el Triduo.

 

¿Qué debo hacer?


Según el Derecho Canónico de la Iglesia, todos los católicos sanos de 18 a 59 años deben ayunar y abstenerse de comer carne el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, y abstenerse de comer carne todos los demás viernes de Cuaresma (ver el reverso). El ayuno es una manera corporal de recordarnos que necesitamos a Dios por sobre todas las cosas. El ayuno es también un sacrificio, un regalo a Dios de la intención de nuestro corazón de depender más completamente de Él.

 

¿Qué tengo que hacer?


Toma las medidas necesarias para emprender el camino de la conversión y la renovación espiritual. Para ello, las tres disciplinas principales que se recomiendan durante la Cuaresma son la oración, el ayuno y la limosna. Se nos invita a practicar estas disciplinas con frecuencia durante la Cuaresma. Pero no son simplemente tareas que debemos hacer porque la Iglesia las recomienda encarecidamente; son, sobre todo, oportunidades para crecer en la fe y en el amor a Dios.

 

¿Por qué la oración, el ayuno y la limosna?


Las prácticas básicas de la Cuaresma, la oración, el ayuno y la limosna, tienen su raíz en la orientación original de Jesús sobre cómo ser sus discípulos, que encontramos en el Sermón de la Montaña (Mt. cap. 5-7). El Catecismo de la Iglesia Católica (#1966-1972) también nos recuerda que Jesús nos describe aquí la nueva ley que, si la abrazamos y la ponemos en práctica, nos conducirá con mayor seguridad a la renovación interior y al crecimiento en santidad y perfección que Jesús espera de nosotros como sus discípulos.

 

¿Debo establecer metas para la Cuaresma?


Por supuesto. Reflexiona con oración sobre tus propósitos cuaresmales antes de hacerlos. Luego haz una lista. Pero sé modesto. Puedes estar preparándote para una decepción si te fijas metas poco realistas. Y hacer un poco con amor y devoción es espiritualmente más beneficioso que intentar hacer mucho pero hacerlo a medias.

 

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